Hace unos días fue el cumpleaños de la madre de Ivan, y yo me pedí hacer la tarta. Siempre me gusta hacer cosas con chocolate, porque es mi perdición, pero como en este caso la tarta era para María, pensé que mejor me centraba en sus gustos. Ella no es muy de dulce, porque siempre trata de cuidar mucho su alimentación, así que aproveché el momento para preparar un Crumble de frutas, que nunca lo había hecho.
Rebusqué por internet la receta, pero como siempre acabé haciendo un remix, y la verdad es que no me quedó muy bien… no sé si no lo dejé enfriar lo suficiente o si la receta que me inventé no acababa de cuadrar mucho (en algún sitio leí que era buena idea añadir 1 huevo y leche, pero en mi caso me humedeció demasiado el pastel). El caso es que me quedé un poco frustrada con el primer intento y lo puse en la lista de los retos a solucionar.
Entonces ayer, junté ánimos para repetir la experiencia, pero esta vez con alguna variación. He pasado de poner nada líquido, ni leche ni huevo, y en vez de hacer una tarta he hecho dos Crumbles pequeños en dos Cocottes individuales, y señores, esto es una cosa buena…

Ingredientes
 
– 1 manzana granny Smith,
– 1 puñado de arándanos,
– 1 cs de canela,
– 1 cs de azúcar moreno,
– 2 cs de ron,
– 50 grs. de mantequilla,
– 50 grs. de harina,
– 25 grs. de azúcar.
 
 
Es muy muy fácil de hacer. Lo primero es poner el horno a 150ª. 
En un bol, se pone la manzana cortada en rodajas finitas, con la canela, el ron y el azúcar moreno.
En otro bol se pone la mantequilla cortada en daditos, la harina y el azúcar, y se estruja poco a poco hasta que consigues que la masa se convierta en migas de mantequilla. Lo mejor es hacer esto con las manos, yo la primera vez lo hice con el Kitchen aid y me quedó demasiado bien mezclado.
Una vez preparada la masa, pones la mitad de la manzana en cada cocotte y añades los arándanos. Cubres la fruta con las migas de masa y ya está!
Se hornea durante 45 minutos a 150º, hasta que se quede dorado por arriba y haga un poquito de costra.
Se puede tomar frío, pero está mejor templado, acompañado de un helado de vainilla rico.
 
Ñam!

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